La golondrina de mar, o charrán ártico (Sterna Paradisadea), para emigrar, se desplaza de polo sur a polo norte y viceversa, por lo que a lo largo de un año recorre, de media, unos 70.000 kilómetros, el equivalente a tres viajes de ida y vuelta a la Luna, o la distancia que recorreríamos si diéramos casi dos vueltas enteras a nuestra Tierra siguiendo el Ecuador.
Este hecho convierte la migración de esta ave en la más larga del mundo animal según la "British Antartic Survey", publicado hace poco tiempo en la revista Proceedings of the National Academy.
Para saber esto, los autores colocaron en una decena de estas aves un pequeño GPS de 1,4 gramos de peso, y las siguieron informáticamente. De esta forma lograron saber que estas pequeñas aves, pues no miden más de 33-34 cm de alto y con una envergadura que puede alcanzar los 85 cm, pueden llegar a recorrer casi 80.000 km en sus múltiples migraciones de un polo al otro.
Como dato curioso, todas las aves de esta especie descansan en el mismo punto del Atlántico Norte durante un mes, y luego se dividen en grupos que toman caminos paralelos: unos grupos recorren el espacio aéreo de América del Sur y otros grupos recorren el continente africano.
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