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martes, 1 de noviembre de 2011

La tierra,¿ Es así tal como la vemos en las fotos ?

Cuando hablamos de “la fotografía más famosa de la Tierra” podemos hacerlo en un doble sentido, en el de una fotografía reconocible en todo el mundo así como una imagen de nuestro planeta que resulta célebre. Se llama “la canica azul” y puede definirse en esa doble concepción. Pero resulta que es falsa.
Es “falsa” porque no es una única instantánea, es una composición de diversas fotografías realizadas desde el espacio. Hoy os vamos a contar todos los secretos de “la canica azul”.
A diferencia de la imagen de nuestro planeta que realizó el Apollo 17 y que nos mostraba la Tierra en una sola toma fotográfica, esta “canica azul” está formada por una composición de diversas fotografías para conseguir una resolución tan elevada.
El primer sorprendido por el éxito de la imagen es su propio creador, Robert Simmon, quien reconoce que una de las mayores sorpresas de su vida cuando al encender su  iPhone se encontró con ella como fondo de escritorio por defecto. Simmon tomó como base un mapa terrestre obra de Reto Stöckli de 43.200×21.600 píxeles, imagen que a su vez se generó a partir de 10.000 fotografías de 300 Mb capturadas por el satélite Terra durante 100 días.

Stöckli se dedicó a seleccionar las imágenes que mostraban la superficie terrestre limpia de nubes para mostrar la superficie emergida mientras que para texturizar los fondos marinos empleó como base los datos de la NASA sobre presencia de clorofila y fitopláncton, añadiendo además el hielo polar. El resultado fue el que podéis contemplar bajo estas líneas.


Posteriormente creó un mapa de nubes con los datos procedentes de 200 fotografías realizadas por satélites. Con todas estas texturas se alimentó un Mac con el programa Electric Image hasta que el resultado fusionó exitosamente toda la información. Como dato curioso, Electric Image es el software con el que John Knoll, de Industrial Light & Magic generó las batallas espaciales de las  precuelas de “Star Wars”.

A continuación bastó con mapearlo todo sobre una esfera y renderizarlo todo por separado: tierra, mar, reflejos, nubes, máscaras nocturna y diurna y neblina atmosférica. Un poco de Photoshop más tarde, varias horas de combinaciones, transparencias, capas, saturación, alteraciones cromáticas… y el resultado es tan hermoso como falso. 

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