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jueves, 17 de noviembre de 2011

¿Por qué se extinguió la megafauna de la Edad del Hielo ?

¿Fue el ser humano el responsable o debemos culpar al cambio climático? Un estudio dirigido por Eske Willerslev, investigador de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), en el que participan investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) revela que la desaparición del tarpán (Equus ferus) y del bisonte estepario (Bison priscus) se debió a los efectos combinados del impacto humano y el cambio climático.


En el Paleolítico superior (que tuvo lugar entre hace 35.000 años y 10.000 años), Eurasia y América del Norte perdieron aproximadamente el 36% y el 72% de los géneros de megafauna, respectivamente. Este suceso coincidió con el último máximo glacial de hace unos 20.000 años. Pero también con la expansión de los asentamientos humanos.


El nuevo estudio, publicado en la revista Nature, evalúa el efecto de ambos factores sobre la extinción o la repentina disminución de las poblaciones de seis tipos de grandes mamíferos. Para ello, el equipo de investigación ha analizado 846 secuencias de ADN mitrocondrial, 2.996 restos de megafauna y 6.291 residuos de asentamientos humanos de aquella época en Eurasia . Esta información se ha contrastado, a su vez, con los modelos climáticos de hace 42.000 años, 30.000 años, 21.000 años y 6.000 años. De las variedades evaluadas, cuatro de ellas están actualmente extintas y corresponden al rinoceronte lanudo (Coelodonta antiquitatis), al mamút lanudo (Mammuthus primigenius), al bisonte estepario y al tarpán. El resto de las especies analizadas, el caballo doméstico (Equus caballus), al reno (Rangifer tarandus), el buey almizclero (Ovibos moschatus) y al bisonte americano (Bison bison), aún conservan poblaciones vivas.

Los resultados atribuyen la extinción del tarpán y del bisonte estepario a la combinación de los dos factores debido a que los restos de ambas especies son los más abundantes en las regiones de asentamientos humanos. Aunque el inicio de sus declives coincide con el último máximo glacial, estos muestran un decrecimiento acelerado que se ajusta a la expansión de las poblaciones humanas hace unos 16.000 años. Por su parte, la distribución del reno también coincide con los asentamientos prehistóricos y su declive, con el último glacial máximo. Sin embargo actualmente la especie ni siquiera se encuentra amenazada de extinción, lo que, según el artículo, “podría explicarse debido a su alta fecundidad y su flexibilidad ecológica”.

Según el estudio, las poblaciones de mamút y rinoceronte no sólo no se vieron afectadas por la presencia humana, sino que aumentaron entre cinco y diez veces al menos 10.000 años después de su primer contacto con humanos. La población de buey almizclero no mantuvo relación con los humanos, sin embargo, al igual que el rinoceronte, descendió súbitamente tras la última glaciación máxima. Por el contrario, la extinción del mamút sigue siendo un misterio ya que su población continuó aumentando tras el evento climático, hasta desaparecer de forma repentina.

Los resultados indican que cada especie reaccionó de forma diferente, por lo que la ausencia de un patrón común complica la conservación de especies, concluyen los investigadores.

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