Para acceder hasta el lugar hay que alejarse algunos metros de la base McMurdo, situada en la Isla de Ross en la Antártida, que haga buen tiempo y que los responsables te dejen la llave de la escotilla. Si no estás de vuelta a la hora acordada, relata uno de los trabajadores de la estación, un equipo de rescate acudirá en tu busca, ya que las normas de seguridad en este lugar son muy estrictas.
Una vez en el "Ob Tube", como lo llaman, lo único que ve el visitante es un gran tubo incrustado en el hielo. Por la escotilla apenas cabe una persona, que debe descender por una escalerilla de metal hasta el habitáculo acristalado del inferior. Una vez allí, las vistas son sencillamente de otro mundo. En el siguiente vídeo podéis observar muy bien dónde se encuentra el observatorio y qué hay a su alrededor.
Espero que os guste.
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